Vivir en una isla. Ibiza

Vivir en una isla significa estar delimitado en todas sus partes por el mar, condicionado por el clima y su entorno natural. Ibiza es un territorio de 570 km² con más de 200 km de costa. Habitada a través de los siglos por fenicios, cartaginenses, romanos, árabes y catalanes que hallaron en la isla un lugar estratégico para la comercialización y navegación siendo un gran enclave de comunicación.
Nunca podrás perderte y quedar en el olvido porque siempre desembocas en lo mismo (el mar). La isla está llena de caminos y senderos, que van abriendo paso ante ti a lugares paradisiacos y exóticos, lugares llenos de paz y armonía. El aire que se respira, también es distinto en una isla, supongo que será por la salitre que se entremezcla los días de oleaje con el oxígeno de la tierra, dando lugar a un aroma diferente, más fresco y más ligero.

Si alguna vez viajais a una isla lo mejor es bajar el ritmo, respirar profundo, estirar los brazos y dejarse acariciar por la brisa marina del mar, sentir su calma y reconectar el alma.

 

 

 

 

En una isla llena de contrastes como es Ibiza el escenario cambia completamente según en la estación en la que nos encontremos. Frente a una Ibiza abarrotada de gente, donde se hace difícil escuchar el sonido del mar, en invierno puedes enriquecerte con esa quietud y serenidad dejando que esas sensaciones invadan tu cuerpo. Hoy os presento algunas de esas playas, que, desde luego no parecen las mismas cuando están deshabitadas.